sábado, 19 de mayo de 2012

Sábado a las cuatro, con este clima, la vida es triste.

Que genial es ser tomada como la amiga maricona acostumbrada al boludeo, awesome. Tipo, claro, 'la pasó mal, ya está acostumbrada a que la boludeen, no tiene porque seguir pasandola mal si la vuelven a boludear'.
O sea que si a un chabon como ya lo apuñalaron, lo vuelven a apuñalar, no le va a doler? qué clase de lógica incoherentemente estúpida es esa?!
Falta que mis propias amigas vayan y digan 'che, boludeala, total, no pasa nada'. Fuera de joda, falta que hagan eso.
O por el hecho de que sea maricona, todos me tomen como que no me banco nada. Loco, que llore no significa que no me la banque, de hecho, odio llorar en público, no es que saco las lágrimas para defenderme o hacerme la pobre diabla, todavía me quiero bastante como para caer tan abajo, tocando el fondo.
Básicamente es un papel que se me pone porque qué se yo, parece que tengo cara de gila, o de que no me la banco nunca, que lloro por todo, o será que soy rubia y se me acredita desde que soy puta hasta que lavo tangas en la plaza. Y no es porque diga que son todos prejuiciosos, ni que yo no lo sea, porque lo soy y mucho... pero que no me crean cuando digo las cosas yo, pero si le crean a los que dicen cosas de mi, sinceramente me la entierra.
Pero como mi ánimo está bastante alto, solo baja a normal, no llega a decaerme y hacer que trate de cortarme las venas con un cuchillito de manteca. Si mal no recuerdo, este mediodía estaba tan feliz que venía corriendo por Paseo Colón como si tuviera 4 años.  Eso también, la soga no me ahorcó, vieron? simplemente aflojó un toque... no te digo que no siga ahí, si no que... aflojó.
A veces me olvido lo lindo que es escribir un rato para aflojar el mal humor.

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